Al menos 120 negocios han quebrado por estar cerrado el Centro Histórico a consecuencia de la alerta sanitaria por el Covid-19, esto tan sólo de abril a lo que va de mayo; además hay otros 80 que corren el mismo riesgo.
El presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vázquez, dijo que con esto se perdieron 300 empleos, ya que se trata de restaurantes y comercios que tenían entre cinco y ocho años de antigüedad.
Comentó que la situación es preocupante porque en la zona céntrica se cerró el paso a los vehículos sin una razón justificada y eso impidió que pudieran permanecer abiertos aunado al decreto de la autoridad de que todos los establecimientos de actividades económicas no esenciales debieron bajar cortina.
Ayala Vázquez indicó que los otros negocios en riesgo tendrán el mismo fin en las semanas que restan a mayo si no hay agilidad a los préstamos que ofrecen las autoridades, tramitología que es muy engorrosa.
Agregó que quienes cerraron empezaron a sacar la mercancía de los locales desde hace una semana debido a que tampoco tuvieron para seguir pagando la renta.
También mencionó que los empleos en la zona céntrica no se podrán recuperar durante el resto del año, al menos que regresaran los que se fueron, pero lo ideal es que busquen espacios en alguna plaza comercial para reiniciar.
Innecesario cierres
Desde su punto de vista no era necesario cerrar comercios, ya que estos podían haber funcionado con medidas sanitarias, al no ser de alta afluencia congregada al mismo tiempo.
Ayala Vázquez consideró que los pequeños empresarios del Centro Histórico son los más expuestos a la quiebra por esta pandemia, ya que van al día en ventas, pero mantenían buenas expectativas para crecer este 2020.
Sobre los negocios que están en números rojos, expuso que al perder las ventas de Semana Santa y el Día de las Madres por estar cerrados, las oportunidades de recuperación se aplazan hasta septiembre por festejos patrios, pero es mucho tiempo de espera, por lo cual cree que tendrán un destino negativo.
Con información de El Economista