La inflación “baja su ritmo” en México
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La inflación interanual de México desaceleró en noviembre y fue más de lo esperado, de esta manera se ubica en el rango de la meta oficial del banco central.
Esto se debe a la disminución de las presiones en precios agropecuarios y a descuentos promocionales por la campaña anual del “Buen Fin”.
De esta manera la inflación a tasa anual se ubicó al mismo nivel de junio de este año y es su menor registro desde el 2.84% de mayo, según cifras del Instituto de Estadística y Geografía (INEGI).
Banco de México (Banxico) mantuvo el mes pasado la tasa de interés referencial en un 4.25% tras recortarla durante once ocasiones consecutivas, con esto busca regresar la trayectoria de inflación del 3% +/- un punto porcentual.
Solo en noviembre, los precios crecieron un 0.08%, también menor a lo previsto, mientras que el índice subyacente retrocedió un 0.08%, para un alza interanual de un 3.66%.
Noviembre fue el sexto mes de la llamada “nueva normalidad” en México, lo que implica una reactivación económica en la mayor parte del país, con la gradual reapertura de industrias, restaurantes, hoteles y otras actividades turísticas en varias regiones del país en plena pandemia de coronavirus.
Fueron dos meses los que tardó en iniciar la recuperación económica en el país tras la suspensión de actividades no esenciales debido a la crisis.
Lo anterior tuvo un fuerte impacto en la producción y el consumo, principal causa del declive de la inflación.
El PIB de México tuvo una caída anual de 18.7% en el segundo trimestre del año. Mientras que en el tercer trimestre, la economía de México repuntó un 12.1% frente a los tres meses anteriores, si bien en la comparación interanual la caída todavía fue de 8.6%.
Con la entrada en vigor del nuevo tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el gobierno mexicano se encuentra en una constante mejoría.
La crisis mundial provocó una fuerte caída del peso superando las 25 unidades por dólar, aunque se ha recuperado parcialmente y hoy se mueve en torno a las 20 unidades por dólar.
La depreciación del peso mexicano podría encarecer los productos de importación y hacer que aumentasen los precios al consumidor, según los expertos.
La meta del Banco de México es del 3%.
